miércoles, 3 de agosto de 2016

Tierra a la vista

Uno sabe poco de barcos... Bueno, en general poco de todo, pero el mundo marítimo es de esos en los que nunca me había adentrado. Cuando me llamaron para echar un vistazo a un mástil roto no contaba con las dimensiones, sobre todo lo largo, que una pieza de este tipo puede llegar a ser.

Hablamos de un mástil de aluminio de una embarcación relativamente pequeña y que media unos 5 metros de largo. Se había quebrado y finalmente partido, por lo que requería intervenir o poner una pieza nueva. La verdad es que no lo vi sencillo. Teniendo en cuanta las fuerzas que intuía que esta pieza iba a soportar, no era cuestión de simplemente soldar a junta, así que decidí hacer una mega abrazadera que robusteciese el mástil donde estaba claro que era el punto de máxima flexión del mismo. Luego, además, tenía algún que otro punto donde había que también reparar con soldadura. A todo esto hay que sumarle que el dueño no estaba dispuesto a perder la longitud original, y como puedes ver en la foto de más arriba, tuve que cortar dos trozos que se habían retorcido mientras se quebraba la pieza. Así es que la solución, como no sabía donde encontrar este tipo de perfil que pare mi era desconocido, era hacerlo yo de alguna manera que además pudiera permitirme darle los centímetros que había perdido al sanearlo.

Aquí la soldadura era un punto, mi punto, claro, pero otro gran problema de este mástil es que se había ido doblando con el tiempo y había perdido su rectitud de una manera alarmante. El caso es que enderezarlo no lo veía fácil, así que hice lo que pude. Resolví haciéndole una raja y volviéndola a coser, que no es el sistema ideal pero calentar y doblar tampoco estaba a mi disposición sin mencionar las posibles contra prestaciones en cuanto a la posible pérdida del aluminio al tratarlo con temperatura de manera local.

Bien, así pues que está reparación tuvo un final feliz pero, como en muchos otros casos de restauración, no un final ideal que en muchas ocasiones no se puede conseguir o no es realmente rentable en términos de tiempo y recursos que hay que aplicarle. En fin, en definitiva se trata, en muchas de estas reparaciones de aluminio, de conseguir recuperar piezas que están abocadas a la chatarrería si no es porque algunos, como yo, nos empeñamos en no dejar morir estos diseños de la ingeniería.

Antonio Maeso

Www.soldadoralmeria.com

 

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